Luis Cañas elabora con todo su saber desde Amaren, que en euskera quiere decir: “De la madre¨, vinos homenajeando a su madre. Uvas plantadas en 1920, cuidadas ¨a la carta¨ y vendimiadas manualmente.

Nos sorprende sedosamente con un cupage de 7 variedades.

Este ensamblaje aromáticamente complejo nos permite poder meter la nariz en la copa reiteradamente, para ir descubriendo matices nuevos a cada olfacción, como mermelada suave de fresa, notas de yeso y un suave toque agradable a madera bien integrada de sus más de 12 meses en barrica.

Un vino para tomarlo sin prisas.